La Historia no
se puede cambiar, menos olvidar.
Aquellos que no recuerdan el
pasado están condenados
a revivirlo.
Santayana.
Por Pedro Hernández
La historia debe ser utilizada para potenciar o corregir el rumbo, no para el discurso electoral o descalificar como se la usa por estas tierras.
Difundir los artículos del Dr. Carlos Quijano tiene la finalidad de reflexionar y pensar - no copiar o calcar -, sobre nuestra historia reciente, la que arranca en 1930 y fundamentalmente desde la década del 50 hasta hoy. Hay un profundo desconocimiento de la misma. Dar a conocer sus escritos a la mayoría, a los que siguen creyendo que lo que nos pasa se debe al último gobierno. En la década del 50 y 60, están las verdaderas causas de los problemas de hoy. No podemos ignorarlas si queremos trabajar por el futuro. El manejo del país desde el reparto del poder a partir del pacto del chinchulín-1931- y la inclusión del mismo - 3 y 2 – (1) en la reforma de 1951, es el hilo conductor de todos los problemas estructurales que el país tiene hoy. Esta conducción no podía darnos una institucionalidad que cimentara una democracia sólida. No se ha comprendido y muchos que se beneficiaron no les interesa comprender. Pero la única y gran razón del porque de los golpes del 34, 42 y 1973 fue la debilidad democrática del país. El país ha acumulado así un enorme déficit institucional, ético y moral. Quijano denunció y alertó sobre las consecuencias del manejo clientelistico desde el reparto del poder por los partidos Blanco y Colorado.
Quijano escribió: Parte de un artículo titulado “Durante el Carnaval” de 27 de febrero de 1942.
. . .“ No nos hemos curado de lo que alguna vez
llamamos la “zoncera constitucionalista”, enfermedad típicamente sudamericana.
Norteamérica hace más de ciento cincuenta años que tiene su constitución y goza
de buena salud. Inglaterra hace siglos que se maneja con pocas pragmáticas y
así ha hecho su imperio y ha cruzado triunfante a través del vendaval o de los
vendavales del mundo en perpetuo devenir. Francia venció en la guerra del 14 e
hizo también su imperio con los cinco o seis artículos del 75.
Sólo Sudamérica, donde las constituciones tienen el
valor de las tiras de papel, nos ofrece el pintoresco espectáculo de una
constitución por año. Cualquier presidente o presidentito, tocado por la gracia
de Dios y que se siente en consecuencia hombre providencial, planea su reforma
bajo la advocación, eso sí, de la democracia, de la libertad y de la soberanía.
Palabras ya podridas de tanto usarlas mal. Doctores le sobran para redactar
constituciones y justificarlas. Invariablemente en América, la reforma
constitucional es el pretexto para el golpe de Estado”...
Si
las instituciones hubieran sido sólidas, la justicia debería haber actuado.
Pero nos gustan las explicaciones fáciles y en eso estamos. Para justificar la
violación de la constitución y las torturas desde el estado por el golpe
cívico-militar de 1973, inventamos la teoría de los dos demonios. Se pretende justificar lo injustificable.
Muchos responsables en las sombras siguen medrando con la desinformación y el
miedo.
" Un
pasado no resuelto se hace eterno" y "al pasado hay que superarlo en
el marco de la verdad y justicia, nunca con la impunidad". "Constituyen
violaciones a los derechos humanos, todas aquellas acciones y omisiones que
afecten los derechos de las personas humanas: el derecho a la vida, a la
propiedad, a la seguridad, etc., cuando son realizadas por servidores
públicos". De otra forma es delincuencia, delito, subversión. "A los
derechos humanos sólo los pueden violar los Estados". Y explicó que es así
porque hay que entender que "es el Estado el que tiene la responsabilidad
de salvaguardar esos derechos", no es la guerrilla, ni la delincuencia, ni
la subversión.
Parte de las palabras pronunciadas por el General Martín Balza ex Comandante en Jefe del Ejército y actual embajador argentino ante Colombia, - aquel que por primera vez "pidió perdón" por los crímenes de la dictadura Argentina - en un "Seminario sobre control parlamentario del sector de la seguridad" que se realizó en el Radisson Victoria Plaza de Montevideo.
Bitácora
14-7-5 Marcelo Ornstein (*)
Quijano escribió:
Parte del artículo “Los caminos de la liberación” Mayo-Junio de 1979.
...¿”El sistema se
resquebraja? ¿La revolución amenaza de nuevo? Allende está condenado de
antemano. No debe ser electo. Como lo es, habrá que derribarlo y para
derribarlo se recurrirá sin asco a cualquier medio. Lógica clara y simple. No
habrá otra Cuba, ni nada que se le parezca. Al respecto del golpe Uruguay pesa
poco y los gobernantes son de confianza. Desde 1968, han impuesto el estado de
sitio (medidas de seguridad). Bajo ellas se realizan las elecciones de 1971. El
primero de marzo de 1972, se instala el nuevo gobierno presidido por el señor
Bordaberry. Once meses después, el 9 de febrero de 1973, asistimos a un
pronunciamiento militar. El 27 de junio se da el golpe de Estado. ¿Por qué el
golpe? ¿Por qué en esa fecha y no antes ni después? ¿Fue provocado
por la crisis económica y social? La crisis en Uruguay es endémica. Se
arrastra, por lo menos, desde 1955. Tal vez habría que retroceder hasta 1930.
Uruguay nunca superó la depresión de esos años.
La dictadura, aducen otros, fue la respuesta a la
subversión.
Bello pretexto, que no invocan hoy ni España ni
Italia enfrentadas al terrorismo. Pero, además, falso pretexto. En 1973 la
guerrilla ya no existe. Sus jefes han muerto o están encarcelados; sus filas
están diezmadas.
¿Por qué entonces repetimos, el golpe y por qué en esa fecha?
La razón que los golpistas esgrimieron en sus
mensajes y decretos fue que el Parlamento se negó a desaforar a uno de sus
miembros. ¿Tanto por tan poca cosa? ¿La ruptura del orden constitucional, la
dictadura y sus ominosas secuelas, porque se negó un desafuero?
El argumento, fútil e hipócrita, no merece ser
discutido.
El golpe estaba
conectado con el que iba a darse en Chile y es presumible -algún día se sabrá
si esta hipótesis es valedera-que lo haya apresurado la situación en Argentina
El proceso que por entonces se desarrollaba en este país, marchaba a contramano
del proyecto imperial y perturbaba los planes de los conspiradores vernáculos,
planes que en Chile estaban muy en sazón”...
* * * *
Al
respecto transcribimos del libro de Luis Costa Bonino: Crisis de los
partidos tradicionales y movimiento revolucionario en el Uruguay,
Montevideo agosto de 1988, Págs. 35 y
36 lo que sigue;
-
La corrupción no era, sin embargo, atributo exclusivo de los mejor colocados en
la jerarquía partidaria. También las clases menos favorecidas tenían acceso por
intermedio de
vínculos clientelísticos a ciertas ventajas, que podían ir desde la utilización de
vehículos oficiales para fines privados, hasta el contrabando tolerado por las
autoridades en ciertas zonas de frontera. En este contexto puede comprenderse
fácilmente que no hubieran reacciones importantes ante la promulgación de leyes
tales como la "ley de autos baratos" (importaciones de automóviles
sin impuestos ni otras cargas) para los legisladores, o un sistema privilegiado
de jubilaciones para los miembros del ejecutivo, legislativo y "entes
autónomos". Este tipo de privilegios autoconcedidos por los legisladores
estaba, en realidad, muy lejos de provocar una respuesta electoral negativa
hacia los partidos tradicionales. Las elecciones que se realizaron en el año
1962, dieron el 90% de los votos a los dos partidos mayoritarios.
A
partir de entonces, la corrupción creció a niveles desconocidos hasta ese
momento. En 1965 se produjo la quiebra del banco Transatlántico debido a
maniobras de fraude; posteriormente, la acción de tupamaros en la financiera
"Monty" mostró la participación de gran número de figuras del
gobierno en especulaciones ilegales. La corrupción y el fraude parecían ser
epidémicos a todos los niveles del gobierno.
Si
bien estos hechos no modificaban el comportamiento electoral de los uruguayos,
era evidente que tenían un fuerte impacto sobre aquellos valores de moral
social imprescindibles a todo régimen para mantenerse. Al decir de Real de
Azúa, "un mundo en el que todas las convicciones, valores, vigencias que
fundan instituciones, pautas de conducta, relaciones, se enflaquecen hasta
desaparecer... el sinsentido, la indiferencia, la ajenidad a todo ocupan su
sitio" (37)
En las elecciones de 1966, se buscó para candidato a presidente a una persona que no fuera un político profesional. La elección recayó en un militar, el General Oscar Gestido, cuyo principal argumento político era el de ser un hombre honrado, además de tener reputación de buen administrador. Por primera vez los uruguayos preferían un militar a un político profesional para ocupar la presidencia. Para Germán Rama, "esta búsqueda del «externo a la política«, era el reconocimiento de la degradación política que habían realizado los gestores electorales" (38)
Tal
vez la consecuencia social y política más profunda de la corrupción haya sido
el desprestigio de la Ley.
El
particularismo y la corrupción hicieron que las leyes fueran percibidas como
normas particulares que eran indiferentemente aplicadas o ignoradas según a
quien concernía.
Esta
"devaluación" de la ley tuvo, a nuestro juicio, un papel de gran
importancia, principalmente en la conducta de los movimientos políticos y la
sociedad, en los hechos de febrero de 1973, donde nadie se preocupó de defender
las instituciones ni la Constitución. Era preciso esperar a saber quién sería
el nuevo "dueño" de la ley, para apoyarlo o combatirlo -.
(37)
Carlos Real de Azúa, El
impulso y su freno, tres décadas de batllismo, Montevideo, ediciones de la
Banda Oriental 1964 p. 100.
(38)
Germán W Rama “El club Político” Edit. Arca 1971 p. 15
* * * *
Vivimos esa época y compartimos lo escrito por Costa Bonino y sus
referencias – Real de Azúa y G. Rama -. Se vivía una enorme crisis social y el comienzo de la emigración. Así de
sencillo y no como lo justifican
algunos intelectuales y politiqueros. Por eso el pueblo – la mayoría - no
entiende y así es usado. Lo que se hizo, hecho está, la honradez intelectual nos
obliga a sacar enseñanzas, no a buscar
disculpas. Insistimos, las instituciones no funcionaron, los que las
transgreden deben ser juzgados, no torturados. Tampoco se justifica la
persecución política si el país es una democracia genuina y no de las formas.
Los actores de un lado y otro se empeñan en desconocer la historia, por
distintos motivos, pero en el fondo hay una incapacidad para asumir cada uno su
responsabilidad. Esto es lo más
preocupante para el Uruguay del futuro que debemos construir entre todos.
Asumir no es debilidad, es grandeza intelectual, ética, política y moral. ¿Será
que estamos muy escasos de ella?
Quijano escribió: parte del artículo “Más
garantías menos libertades”
del 3
de diciembre de 1953.
...“Puesto que los partidos
forman parte andamiaje institucional, se ha considerado lógico que esos
partidos, únicas expresiones reconocidas de la voluntad popular, se dividan
también el goce de las instituciones, en todos sus aspectos.
Hay una relación
lógica, simple y cerrada, entre el principio y las consecuencias.
Los partidos integran el Estado; son su basamento.
Por tanto, el Estado les pertenece. Toda la Administración Pública ha sido
politizada o partidizada, si se permite el horroroso neologismo. A esta
filosofía pertenecen el pacto del las reformas constitucionales del 51. Los
puestos se reparten proporcionalmente a los votos (ley del 31) o se reparten a
cuota fija (constitución del 51).
El elector ha perdido cada vez más su libertad. El
voto es secreto; los escrutinios limpios; el fraude no existe; la coacción,
teóricamente, tampoco. Pero a medida que las garantías se han hecho mayores y
más detalladas, la libertad de elegir se ha ido diluyendo o desvaneciendo. Cada cuatro años el votante se ve ante un
dilema: o no votar - día llegará, es la culminación natural del proceso, en que
el voto haga obligatorio — o votar las listas que los comités partidarios
confeccionan”...
Nuestra
economía que ha tenido tres crisis destructivas en menos de 50 años – 60, 80
y 2000 -.,nunca debió ser un problema para dar vuelta la página y seguir
como si no hubiera pasado nada. Pero eso es lo que hemos hecho históricamente y
debemos asumirlo. Ignoramos la política nefasta de la sustitución de
importaciones, de fines de los 40 a fines de los 50. Nefasta como todo lo que
se da sin contrapartida y exigencias. En ese periodo se fortaleció lo que yo
llamo una Economía de Adhesión, de adhesión partidaria, la del tráfico
de influencias, de reclamo de favores, cuyos efectos pesan hoy en esta economía
desintegrada y por ende altamente asimétrica. En esa visión económica el riesgo
empresarial no era preocupación, el estado garantizaba el lucro. La
competitividad no tenía lugar y eso es lo que nos llevó al estancamiento y a
las crisis sucesivas. Un estado clientelístico - desde el Club Político - que creció para dar lugar a los reclamos de
trabajo que la economía no proveía.
Del
orden de 30000 empleados públicos que había en 1930, se llegó al orden de
los 166000 en 1955 y en 1969 eran
213000.
“En el período 1955-61, mientras la ocupación en el sector privado creció a una tasa anual del 0.9% la del sector público lo hizo al 2.6%. Por otra parte las jubilaciones y pensiones aumentaron a un ritmo de 5.9% anual,(13) pero las inversiones del sector público en términos reales declinaron anualmente un 3.5% (14)”. En esa forma, una de las respuestas al aumento de la tasa de desempleo durante la crisis fue aumentar el número de empleados en el sector público cuya productividad era baja. De acuerdo con el censo de 1963, más de 66.000 personas, el 7% de la población activa, eran empleados del gobierno, no incluyéndose en esta cifra los de los servicios estatales (transporte, salud, educación, etc.).(15) Incluyendo estos servicios y otros prestados por el Estado, se calculaba en 1961 que 193.800 personas (el 21.1 % de la población ocupada) cobraban sueldos en el sector público. En ese mismo año 278.000 personas eran beneficiarias de jubilaciones y pensiones oficiales, por lo que un total de 471.800 personas -alrededor del 23% de la población mayor de diez años- dependían total o parcialmente de las finanzas del Estado.(16) (2)
El
que quiera ver que vea la magnitud de lo expresado precedentemente, los números
muestran la profundidad de la crisis, cuyas
implicancias impactan en el Uruguay de hoy. Este fue el manejo, que hoy nos pasa factura. Si no asumimos
seguirá pesando y el mundo no nos esperará.
“Los clubes están
desbordados de pedidos de trabajo”, es una frase habitual entre los dirigentes.
Entre
estos, los que tratan de hacer del club un organismo político se quejan de que se
confunde al club con una agencia de colocaciones, de que la gente va al club
solo, cuando necesita trabajo. Todos ellos
se quejan, de carecer del suficiente número de empleos como para dar
satisfacción a los pedidos.
El número de
cargos que obtienen en el sector público no es nunca suficientemente alto.
" |
..........................................................
' |
Finalmente, en forma paralela, los clubes políticos que anteriormente
existían a razón de uno por fracción importante de partido en cada sección electoral,
comienzan a proliferar a un grado tal que en las elecciones de 1966 se estimo
el numero de placas a la puerta de sedicentes clubes en una cifra de 8.000 para
un cuerpo electoral de 525.000 personas en Montevideo.
El
aumento de los nombramientos anuales de funcionarios públicos, la creación de
los mecanismos de cuotas partidarias en la asignación de jubilaciones, cuotas
de leche o tarjetas de pobres son algunas de las manifestaciones de la presión
concertada de relaciones personales de un lado y de los clubes políticos por el otro.(3)
* * * *
Este
era el Uruguay real – década del 60 - del manejo clientelar, normal para el 3 y
2. Esa “conducta” política amoralizó al
País, alentó el reclamo y la dependencia del estado. Las consecuencias
negativas para el mismo son fáciles de percibir hoy.
La
economía disfrutó de los beneficios de la guerra de Corea y se frena en 1955,
decae y ya en 1957 comienza el
estancamiento que duró hasta comienzo de los 70. Dos datos ilustran la gravedad de ese estancamiento: entre
1955 y 1970 la tasa anual de crecimiento del PBI fue de 0.9 y Per cápita de –
0.3 ( 4 ). Ese era el marco y no el del discurso del 3 y 2 – de ayer y de hoy - de que vivíamos en
democracia y éramos todos “felices”, hasta que aparecieron los “malvados”. La
economía vivió – históricamente - de la condición de rehén del agro y los
subsidios -que pago el país todo-. La eficiencia por esos años no era la
preocupación, de ahí nuestra histórica dificultad para competir en el
mundo. Años de espaldas a la realidad como bien lo precisa Quijano en sus
artículos. Años que el país ignoró al mundo que se movía a gran velocidad
impulsado por los cambios tecnológicos. Esos años perdidos para el país debemos
asumirlo en su verdadera magnitud para darnos cuenta de que el facilismo –
tan uruguayo - no es posible y que
tendremos que trabajar duro para recuperar parte del tiempo perdido. La
incapacidad del 3 y 2 para encontrar solución al prolongado estancamiento, 1957
– 1970, es la expresión relevante de su decadencia política. Tampoco pudieron
prever y evitar las crisis posteriores. Lo grave es que hoy pretenden dictar
normas a un gobierno que tiene poco más de dos años, cuando ellos gobernaron
por más de cinco décadas.
Las
preocupaciones expresadas por Quijano – hace más de 40 años - referidas al
abuso del consumo frente a la inversión y la perdida de fuentes de trabajo en
función de los avances tecnológicos, tienen hoy una magnitud extraordinaria.
Estamos hablando de esos dos grandes temas, sin tener caminos definidos para
enfrentarlos a más de cuarentas años de ser visibles. Otra muestra de la
magnitud del tiempo perdido; debemos
tomar conciencia como país y como ciudadanos. El mundo no nos esperaría,
expresó reiteradamente Quijano en los 60, no fue escuchado y muchos no lo
comprendieron. Tenemos los mismos problemas estructurales denunciados en la década del 60, profundizados y en el marco de una globalización cada vez más deshumanizada. Sin comprender
la magnitud del daño que se le ha hecho país por más de 50 años sin políticas
en ningún sector, sólo medidas administrativas en la coyuntura, no podremos
construir la integración del mismo. Sin el país integrado no habrá integración
hacia afuera y sin ella no habrá futuro. No podemos seguir en el discurso
hablando de integración desconociendo el error de base, no se puede integrar
desintegraciones. En América Latina todas las economías son desintegradas.
Ningún país tiene en su meta política
integración interna para luego resolver asimetrías ineludibles en los acuerdos
con los demás. Así no funcionó la ALALC-1958-, le cambiamos de nombre, hoy
ALADI, creamos el MERCOSUR y el CAN
-Comunidad Andina de Naciones-, mirando su realidad actual podríamos decir que estos pasaron de la
niñez a la senectud. Se han escrito ríos de tinta y construido bastas
burocracias que han tejido una red jurídico-administrativa esquivando u
ocultando la realidad, potenciando los
corporativismos. Las economías desintegradas son esencialmente corporativas, la
visión país no tiene cabida.
La
situación del Uruguay hoy en particular y la de América Latina en general es el
fruto de una decadencia política que parece no detenerse. Basta observar los
conflictos internos y entre los países. Seguimos disfrazando su verdadera
magnitud y profundidad con discursos de buenas intenciones. Si no se asume la
debilidad o deterioro institucional que campea por estos pagos, la integración
será sólo para evadir responsabilidades. No podemos seguir ocultando la
historia. Debemos terminar con la insana
costumbre de culpar por nuestros males a los de afuera, eludiendo
nuestra responsabilidad. Un discurso falso y una muestra de nuestra incapacidad
que la realidad muestra todos los días. Ya lo dijo Artigas, los malos europeos
y los peores americanos y estos con
distinto grado de responsabilidad somos nosotros. Todo hay que asumirlo para
construir y no para utilizarlo en campañas electorales. La realidad muestra que
los dirigentes políticos han asumido que no van a asumir y el resto de los
actores también. Sobre todos estos temas y otros relevantes del país, de
América Latina y el mundo de su época y sus proyecciones escribió Quijano, en
muchos casos proféticamente. Iremos divulgando sus escritos desde las páginas
de Marcha, porque que creemos que hay elementos que nos muestran nuestros
errores y las causas centrales que nos condujeron a la peripecia vivida por el
país hasta nuestros días.
Hoy
un periodismo mediático, desconoce u oculta la historia desde 1930. Informa
descontextualizado y eso es desinformación. Somos críticos del manejo de los
medios que banalizan la tragedia en pos del raiting, el interés comercial por
encima de la información calificada.
Por
eso seguimos escuchando el reclamo, como si los problemas hubieran empezado con
el gobierno actual. Los que gobernaron desde 1930 actúan como si no hubieran
estado en el país. Se ha escrito y se sigue escribiendo para minorías y este es
otro de los cambios para que la información llegue a las grandes mayorías.
Estamos desde hace décadas hablando de lo “mismo” con los “mismos”.
La
politización del estado y la campaña electoral permanente, dos graves
distorsiones a corregir si queremos cambiar, si realmente somos sinceros cuando
hablamos de los pobres, aunque nos olvidemos de los empobrecidos en cada
crisis.
País
de viejos, envejecido, denunciado por Quijano a comienzo de los 60, sigue
siendo hoy un tema cuya gravedad no se le avizora alivio. Nos especializamos en
difundir cifras con intencionalidad partidaria, no como información calificada
a incorporar a la memoria colectiva. Anécdotas diarias que luego desaparecen de
los medios. A Quijano le ha pasado lo que a todos los personajes importantes de
nuestra historia, sólo aparecen para minorías y homenajes. El ejemplo más
resonante es el del padre de nuestra nación José Artigas, guardado en decenas
de libros y artículos y recordado en las fechas patria o como justificativo en
algún discurso. Su verdadero ideal no se conoce en profundidad, ni en la
escuela, ni en ningún otro ámbito de la enseñanza, salvo islotes. Las
instrucciones del año XIII y el Reglamento de Tierras de 1815 pilares de la revolución artiguista son desconocidos
para la mayoría.
Mucho
tenemos que cambiar y mucho que asumir para ello. Si no serán cambios fugaces,
parches en la coyuntura como hasta hoy. Las reformas estructurales de un
verdadero y profundo estado democrático siguen esperando. El país como un todo,
integrado, espera.
Hoy
sigue prevaleciendo la visión corporativa en todos los niveles, sindicales,
empresariales, etc. Un país en el que nadie es responsable de nada y nadie
entonces puede explicarse como se llegó a esta situación. Mirado
humorísticamente sería un país de tontos. Pero
es un país de vivillos y avivados, que agitan un discurso de preocupación social, pero en el fondo la
lucha es por acomodarse mejor cada uno. En definitiva el país de las chacritas
y de la mediocridad política. El país corporativo que no acepta que todos
colaboraron en este manejo que lo desguazó y
se resiste a cambiar.
Los
que hoy quieren hacer en un corto plazo todas las reformas, están actuando como
en los 60, no han aprendido nada. El sectarismo, el dogmatismo y las certezas
han ocasionado una atomización de esfuerzos y un desgaste confrontativo
esterilizante entre quienes dicen tener los mismos fines, una sociedad más
justa. Los que están mejor situados en este modelo miran tranquilos este
desgaste. La historia sólo ha contado para el discurso electoral o
confrontativo, no para sacar enseñanzas. Se acude a la emoción en un país sin
memoria. Tenemos un territorio pequeño, pero con un enorme potencial
subutilizado. El manejo político entre
los partidos colorado y blanco – 3 y 2- impidieron el cambio y la concreción de
políticas nacionales, la discusión fue por el reparto de cargos en el estado.
Así toda la actividad económica quedó sometida a ese manejo.
La
fortaleza vendrá de un estado con una fuerte institucionalidad, transparencia y
donde la aplicación de la justicia sea
efectiva para todos. Un estado capaz de
diseñar políticas y hacerlas cumplir. Un estado que integre la economía del
país, sin rehenes. El estado que hay que cambiar es el que posibilitó al 3 y 2
perpetuarse en el poder por mas de 73 año y en el que fueron posibles tres
golpes de estado en 40 años, 1933- 1973.
También al estado que en 1962, en medio de una brutal crisis, lo votó el
90 por ciento del electorado, país sin memoria. También al estado que
condicionó muchas veces al país por sus luchas corporativas. No podemos seguir
en los discursos explicativos, los hechos fueron. Los corporativismos deben
minimizarse, eso es integración. En el estado deben desaparecer, no pueden
existir las asimetrías salariales que hay, ni la cantidad de funcionarios. En
el país que debemos construir no puede haber dos clases de trabajadores, los
del estado y los privados. A titulo anecdótico, un país con feriados para
funcionarios del estado y laborables para los privados. Un país donde conviven varios países.
Debemos construir un solo país.
La
confrontación política de los distintos actores de los 60, sigue en el marco de
una sociedad desinformada. Así, siguen a perdiendo la democracia y el país.
Liquidamos
los Ferrocarriles, los Tranvías y los Trolleybus, hoy más vigentes que nunca en
el mundo. ¿Por qué? Porque se manejaron
desde un estado corrupto, con funcionarios puestos por cuota partidaria y sin
importar el manejo eficiente, total los subsidios del estado pagaban la
diferencia y estos en definitiva los pagó el país todo.
Hoy
tenemos el modo de transporte más caro, el vial. La infraestructura nunca se planificó, no hubo políticas, sólo
al empuje de los intereses partidario-electoral se hicieron obras. Ese manejo
del país, que nos adormeció e inmoralizó, debe estar presente cuando hablamos
de los cambios en el estado. La mayoría aceptó la inmoralidad de ese manejo del
país, nadie que tenga un mínimo de vergüenza
puede no reconocerlo y asumir su cuota parte. Un estado en el que todo
se disfrazó, la evasión y la eluxión tributaria fueron moneda corriente. Las
amnistías impositivas y las condonaciones de deudas preelectorales fueron
habituales.
El
voto fue una mercancía de trueque.
Todos
colaboraron o fueron funcionales con esa conducta inmoral que se aceptó como
natural. Por no tener claros conceptos de lo que es democracia estamos
enredados en discusiones desde la restauración de la misma. Los conceptos y la
coherencia deben encontrar su lugar. Todo este tramite de la justicia en el
tema de la violación de los derechos humanos desde 1985 es una muestra de que
no teníamos una verdadera democracia y a la salida de la dictadura se vio su
debilidad. El presidente golpista, recién ha sido juzgado después de 30 años.
La constitución prevé prisión para el que la viole. A 30 años se dan los
primeros pronunciamientos de la justicia contra los violadores de los derechos
humanos. Estamos con un código penal,
95% del mismo proviene del código fascista italiano – que ya lo
modificaron - de 1930. El mismo fue aprobado en 1934, en la dictadura del Dr.
Gabriel Terra, integrante del partido colorado. Ahora como muchos de los que se
sirvieron de su inoperancia o “bondades” – entre ellos los actores del período
dictatorial - son acusados, entonces hablan de que hay reveerlo y
descubren sus connotaciones fascistas.
Es patético escuchar hoy a los dos últimos ex presidentes de la República –
integrantes del partido colorado - cargar contra la justicia porque aplica el
código a algunos de sus correligionarios, cuando tuvieron amplias mayorías por
más de 50 años y pudieron haberlo cambiado. ¿De que democracia estaremos
hablando cuando la independencia de poderes es cuestionada por figuras que
dirigieron recientemente los destinos del país?. Por esto reitero, decadencia política,
si no el país nunca hubiese llegado a la situación socio-económica que tiene
hoy. Hay un disfraz jurídico-administrativo que sirvió para retener el poder al
3 y 2 y ocultó los problemas de fondo que mucho daño le ha hecho y hace al
país.
No
se va a cambiar por ligeros voluntarismos. Se debe realizar un gran trabajo de
información, sin sectarismos, ni dogmatismos, para crear una institucionalidad
sólida y profundamente democrática, dónde los más débiles sientan que son
tratados igual. Los dirigentes del 3 y 2
coinciden con Quintiliano fundador de la Retórica I de C., “La
historia se ha escrito para relatar, no para probar” Por eso están
preocupados, hoy, por la enseñanza de
la historia. Siguen creyendo que todo se puede domesticar, como ellos lo practicaron
con los recursos del país por tantas décadas. El tráfico de influencias ha sido
“natural”, un ejemplo; estudios de abogados vinculados con los bancos
extranjeros acreedores del país y luego funcionarios del estado o muchas veces
simultáneamente actuaron sin limitaciones. La democracia debe ser una
construcción permanente, la justicia debe ocupar un lugar de privilegio, sin
sospechas. Ahora, sin recordar la historia todos reclaman soluciones rápidas a
los problemas – justicia, transparencia, educación, salud etc, etc -, que tiene
décadas de olvido sin políticas país. El nuevo gobierno, lentamente intenta
instrumentarlas, pero tiene que vencer la “cultura” de la dependencia del
estado clientelístico. ¿ Es cierto que se ignora el país real a la hora de hacer
reclamos? Creo que no, en definitiva
hay una conducta ciudadana que podría explicarse por esta frase: “Las
cosas que le engañan no son las que ignora, son
las que usted sabe que no son así.”
Josh Billings EE.UU 1818-1885
*
* * *
Escribió Quijano:
Reconozcámoslo.
Hemos cometido muchos errores. Hemos construido muchas utopías vanas. Hemos
dilapidado muchas reservas que nos habían sido confiadas. Hemos hecho uso y abuso de triunfalismo retórico y de
ideologías rancias. Consignas y esquemas nos han eximido de reflexionar. Ahí
está nuestra triste América del Sur, que perdimos y la que no hemos sido
capaces de reconquistar. Lo primero es lo primero. Lo primero es hundirse en
1a tenebrosa realidad de nuestra tierra para conocerla y comprenderla y
transformarla. A problemas concretos, soluciones concretas. Una táctica, una
estrategia y también ¿por qué no?, una teoría, propia, sin olvidar las
experiencias de otros que, a fin de cuentas, sólo son eso, experiencias y nunca
modelos.
Por
donde hemos andado no está el camino.
Cuadernos
de Marcha,
Julio-agosto 1980.
Hoy a casi 30 años siguen vigentes estas expresiones así como otras que iremos difundiendo.
PD: Pido disculpas por la reiteración de la palabra asumir, pero creo es la más importante a la hora de pensar en el país.
phr@internet.com.uy Montevideo 3
Mayo de 2007
(1)El
3 y 2 representan las cuotas del reparto del estado, surge en el pacto del “chinchulín” – año 1931 - en
el que se acuerda repartirse el poder
– proporcional a los votos - entre el partido colorado y un sector del partido
nacional, incorporado luego por la totalidad de los dos partidos a la
constitución de la república en la reforma de 1951, a partir de ahí es a cuota
fija, 3 y 2.
( 2
)H. Finch ob. citada. (13) CIDE
Estudios económicos y (14) Estadísticas básicas, Cuadro 11.
( 3
) Germán W Rama “El club Político” Edit. Arca 1971 Págs. 13 y 25
(
4 ) Henry Finch, “La economía política del
Uruguay contemporáneo, 1870-2000”.
BROU,
Cuentas Nacionales pp. B165-7; Banco Central, Indicadores.