12 motivos de un malestar
En defensa de la democracia
por Héctor Valle
Algo malo
sucede, especialmente para los ciudadanos de a pie, hombres y mujeres, cuando
en el espacio central de un telediario, aparece el funcionario principal de la
economía de un país, pongamos por caso el Uruguay, sentadito en segunda fila,
muy quietecito, mientras un funcionario, esta vez de tercer orden (y aunque
fuera de primer orden, igual sería el efecto) del FMI informa, ora por su
cuenta, ora respondiendo las “preguntas” de los periodistas, sobre el buen
comportamiento del país de turno (digo en su periplo a las colonias) respecto
de los números de la macroeconomía bien como en el pago del servicio de la
deuda externa.
Y digo malo por varios motivos:
1) Porque el funcionario local en cuestión, que
muy bien puede ser el reflejo de unos cuantos de sus pares por ejemplo en
América del Sur, en lugar de ocupar el centro de la escena para anunciar,
pongámosle, un plan de reactivación productiva del país, cede su lugar
(valorando lo minimalista de su cargo por sobre la noble responsabilidad de
hacer frente a la planificación estratégica de la economía de una nación que
privilegie la mejora, en dignidad, que es ocupación, de su gente) a un oscuro,
repito que daba igual fuera claro, funcionario trasnacional que viene a colocar
una nota en el cuaderno escolar de estos pequeños seres que no saben, o no
quieren, estar a tono con la grandeza de lo humano que es, a no dudar, la
expresión democrática que valora la dinamización productiva de una nación.
2) Porque ya estamos hasta el cuello que nos hablen de inversión EXTRANJERA
cuando resulta, resulta ahora, convengamos, que el adjetivo puede más que el
vocablo. Se privilegia como lo único a lo extranjero y se olvida que la
inversión, en sí misma, bien puede venir de adentro del territorio nacional.
3) Porque da pena que una nación, que muchas naciones, digámoslo una vez más,
justiprecien como valor absoluto, cuasi religioso, el seguimiento estricto de
normas no escritas, porque no se puede escribir normas esclavistas y exponerlas
como si tal cosa a la consideración pública, en lugar de pensar por sí mismos y
no aplicar, no otra vez, la autocensura, suponiendo que “aquellos” preferirán
nos comportemos “así”.
4) Porque también, como ya lo hemos dicho y escrito, hiere u ofende el sentido
crítico de la gente, que un Estado decida optar en la mejora de su gestión, por
el camino de un aumento en la recaudación tributaria, en lugar de privilegiar y
crear un plan productivo. Que la mejora en la recaudación no es mala en sí
misma, jamás. Todo lo contrario es altamente positivo se la encare pero no,
absolutamente no, como valor único porque sería penoso, sumamente penoso,
considerar que se opta por el camino más fácil de presentar resultados, que se
obtienen, mejores en lo macroeconómico si conjuntamente con estos no se pone en
marcha, dinámicamente, una reactivación productiva desde, digámoslo por enésima
vez, la generación de emprendimientos microempresariales que dinamicen el o los
mercados, mejoren el consumo y den, a ver si estamos de acuerdo, oxigenación a
un país que está postrado en materia productiva.
5) Porque producir no es, tan sólo exportar productos primarios o con
escasísimo valor agregado.
6) Porque producir no es aprovechar la coyuntura del Canadá respecto de sus
exportaciones a los EUA, que cayeron en materia cárnica por razones por todos
conocidos.
7) Porque es pueril pensar en un TLC con EUA si esta Nación niega cualquier
tratativa que atienda a lo que un país produce, por ejemplo el Uruguay.
8) Porque no podemos continuar diciendo que no hay atraso cambiario cuando este
es flagrante y trajo como consecuencia, por ejemplo, una queda fortísima en el
turismo en el Uruguay, aunque se le achaque tal baja a la situación en la
frontera litoral del país con la Argentina, siendo este factor menor en la
composición del total de turistas que vienen al país y, seamos claros, en su
poder adquisitivo. Que el gasto o el flujo de dinero de personas con poder
adquisitivo fuerte no viene, o si viene es en pequeña escala, de tales lugares.
9) Porque al funcionario a cargo de la cartera de Trabajo se le cae desde todos
lados en lugar de apoyar una salida que sea tan sustentable a los trabajadores
como previsible en su comportamiento, a los empresarios, en momentos en que el
Uruguay continúa exactamente igual que en el gobierno anterior, respecto del
desempleo. O sea, enfrenta una situación para la que nada o casi nada,
estructuralmente, se ha pensado y hecho, más allá de anuncios.
10) Que no todo pasa por la pálida gestión de Economía, al menos en el Uruguay,
aunque es dable percibir, con gran dolor, qué poco y qué menor lo que se
produce en materia de ideas y de acciones (reitero: hablo de políticas de
reactivación productiva con generación, incluso, de créditos para tales fines
con condiciones hoy inexistentes en esta plaza) en pro de la comunidad desde
esa Cartera.
11) Que debemos apoyar salidas a la coyuntura que vengan de la mano de una
mejora REAL en las condiciones de trabajo de los actuales empleados como de
aquellos y aquellas que aun no hay podido acceder a un lugar que haga a su vez
previsible y digna su propia vida. Y la nuestra, la de la comunidad que nos
congrega.
12) Que es responsabilidad de todos, absolutamente de todos.
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