LECCIONES DE HISTORIA SOBRE DEUDA EXTERNA: LA CONDONACIÓN FUNCIONA

 

Oscar Ugarteche, experto en deuda externa y asesor de Jubileo 2000, dio una conferencia el 4 de abril en Canning House (asociación Latino Americana en Londres), donde subrayó la necesidad de crear un mecanismo de arbitraje internacional que trate el problema de la deuda. Ugarteche explicó a su vez de que manera situaciones de endeudamiento fueron resueltas en el pasado creando así precedentes que sin embargo no se han aplicado a la situación actual de los países en vía de desarrollo, incluyendo a los de América Latina.

 

La resolución de varias disputas sobre deuda externa en la primera mitad del siglo XX pone en entredicho la tozudez de los acreedores de hoy en día, que insisten en que los países endeudados en vía de desarrollo sigan pagando y en que cualquier reducción de la deuda, incluso las consideradas actualmente bajo la iniciativa HIPC del FMI/ Banco Mundial (HIPC II), deben estar sujetas rígidos requisitos.

 

Dos ejemplos de condonaciones históricas ilustran como parece haber dos tipos de reglas del juego en lo que a deuda se refiere: una de mano dura que se impone actualmente a los países en vía de desarrollo, y otra más permisiva ofrecida en el pasado a ciertos países considerados del grupo de la elite económica mundial.

 

El caso más significativo de condonación total de la deuda externa fue la que otorgó Estados Unidos al Reino Unido, Francia, Italia y otros 22 países en 1931 por la deuda acumulada durante la primera guerra mundial. Gran Bretaña también condonó la deuda de 21 países en la misma época. El proceso se realizó sin negociaciones y basado en motivaciones tales como las consecuencias devastadoras de la guerra y la crisis económica.

 

Ni retrasos ni condiciones: la condonación de la deuda alemana

 

En 1953, después de otra guerra mundial, Alemania recibió una vez más una reducción importante de la deuda. Los países aliados consideraron que las deudas contraídas por Alemania durante los años 20 y 30 no se podían administrar y las rebajaron en un 75%. En algunos casos, las tasas de interés se rebajaron al 0% durante el periodo de pago, mientras que en otros casos los bonos fueron reducidos a un 2.5%. Acordaron además que el convenio no estuviera sujeto a condiciones y que fomentara las relaciones comerciales entre los aliados y Alemania para asegurar un superávit en el balance de pagos con el fin de facilitar la retribución de la deuda.

 

La actitud que han adoptado los países acreedores frente al problema de la deuda externa en la actualidad revela una falta total de consideración por tales precedentes históricos, aun siendo obvio que estas soluciones ofrecieron una resolución duradera además de permitir que países deudores implementaran una política de desarrollo económico eficaz que esta muy lejos de la severidad impuesta hoy en día por el FMI y el Banco Mundial.

 

Un proceso justo y transparente

 

Haría falta un mecanismo de arbitraje independiente que obligue a los acreedores a asumir su parte de responsabilidad en el problema de las dificultades de pago tanto como la asumen los deudores. Esto ayudaría a restablecer un sentido de neutralidad y justicia en el proceso global de la deuda externa. Hoy en día, el poder de negociación de la reducción de la deuda o incluso de la renegociación de pagos se encuentra solamente en manos de los acreedores. Por desgracia, lo refuerzan las posturas y políticas de instituciones como el FMI y el Banco Mundial que no están respaldadas por ninguna garantía democrática pero que gozan de un poder autocrático y parcial.

 

Jubileo 2000.